sábado, 19 de octubre de 2013

Mis primeros Pin y Pon: La casita maletín

   Tenía cuatro años cuando después de una operación de anginas, mis padres me dijeron que por haberme portado tan bien, me comprarían un regalo. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me trajeron la casita maletín de Pin y Pon. ¡Mis primeros pin y pon! Mi hermana mayor ya tenía una pareja de ellos que venían en una cajita con muchos vestidos y trajes para ponerles. Yo siempre había deseado unos propios. Esa casita hacía las delicias de cualquier niño o niña con todas esas habitaciones, muebles y complementos. Además la chica (pin) me parecía preciosa con  ese pelo rubio y ese lazo en la cabeza. La llamé Raquel y a su compañero Jaime, un pon con el pelo del mismo color carne que la cara (por aquel entonces la cabeza de los chicos era de una sola pieza y color).



  Véase la imagen en detalle de los dos muñecos. Eran muy diferentes a los actuales pin y pon. Los ojitos mucho más claros, que los dos puntos negros que luego les seguirían en los siguientes tipos de pin y pon. Los colores del plástico de los muñecos indican también que se fabricaban con otro tipo de material al que les seguiría después. Para mí entonces eran los muñecos más bonitos que pudieran existir.


   Pero dejemos que ellos mismos nos presenten su casita por dentro... Jaime y Raquel salen a recibirnos a la verja. Siempre me encantó el detalle de los dos caminitos. Uno que conducía a la puerta y otro a la piscina. La combinación de dibujos y muebles siempre ha sido muy propia de los pin y pon. A mí me creaba ciertos conflictos el no saber si poner la verja encima de la verja pintada que me gustaba tanto o ponerla al lado para no entorpecer.


 Nuestro pon de la casa nos enseña su piscina de la que se siente muy orgulloso...


   En la zona del huerto tienen una casita con su perrito Lulú y un columpio, en el que se divierten montando. ¡Lástima que no conserve enteras las plantas que traía en esa pieza de tierra rosa!


   ¿Quién quiere merendar?


   Esta mesa resultaba especialmente divertida porque era como una ruleta, a la que le dabas y giraba para ver qué te tocaba tomar: ¿Pastel? ¿Uvas? ¿Una tacita de té?...


    Jaime nos conduce hasta su garaje...


   Aquí guarda su descapotable rosa... Ese color rosa es también carácterísticos de algunos objetos de pin y pon de esta primera época.

   
     Adelante, pasad, pasad...


  En el recibidor una alfombra nos da la bienvenida. El pasillo distribuye la casa en dos alas y al fondo el ascensor que conduce a la planta de arriba. Empezaremos nuestra visita por el ala izquierda. Pero antes observad los detallitos dibujados en las paredes.


   El dormitorio es bastante coqueto. Tiene una cómoda cama y un escritorio para estudiar. Como se las apañaban para dormir dos cabezoncetes en esa camita, no me preguntéis.


  El baño alicatado de azul tiene todo lo indispensable...


   Subamos a la segunda planta en el coqueto ascensor unipersonal. Este ascensor tenía un gancho arriba para tirar mejor de él. Pero se me partió jugando.


   La segunda planta sólo tiene esta habitación que es una salita de estar con un confortable sillón y su tele. ¡Qué empiezan los payasos!


   Es curioso ver la marca de las sillas y sillones de los pin y pon de antes para quedar perfectamente ajustados en ellos, ya que no tenían ninguna articulación para poder sentarse. Pero dejemos a Jaimer ver la tele tranquilo y continuemos nuestra visita...


    Veamos que nos quiere mostrar Raquel. La chimenea está encendida en el salón...


  El salón es la sala más amplia de la casa. Cuenta con una mesa larga y dos sillas. Además podemos ver muchos muebles, cuadros y otros detallitos dibujados que completan la decoración. 


   Por último la cocina... Como habréis observado, todos los muebles son del mismo rojo y tipo de plástico. Cuenta con una moderna cocina con placas y fregadero incluido y un buen frigorífico en el que conservar bien los alimentos.


Y aquí termina nuestra visita. Raquel y Jaime nos despiden en la puerta de la casa. Esperamos que os haya gustado este recorrido por la casita maletín... ¡Adiós amiguitos!


Como broche final unas fotos del detalle del catálogo de instrucciones.



                                                     FIN

4 comentarios:

  1. ¡Me encanta, me encanta. me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Me gustaban mucho los Pin y Pon, desde pequeño. Por desgracia, no me regalaban muchos y me los compraba por mi cuenta. Este maletín nunca lo llegué a tener, no sabía de su existencia, es precioso. Cuenta con un montón de detalles y transmite felicidad con esos colores tan característicos. Es una cucada.

    Me imagino lo que habrás jugado con ella, la de aventuras y personajes que han pasado por ahí. Solo tengo una pena, no haberlo vivido contigo. Al menos gracias a esta entrada, me siento más cerca de ti. Adoro este bloooog!!

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  2. ¡¡¡Daniiiiii!!! Gracias por tu comentario. ¡El primero de este blog! Para mí es una manera de compartir contigo y todo aquel que lo quiera leer este otro trocito de mí. Me alegra que te guste. Un besoteeeee grandeee.

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  3. Madre mía.Q recuerdos.Yo tenía este y mil cosas más de los pin y pin. Ahora mi niña juega con los actuales.pero yo siempre tendré a estos en el corazón.

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    1. Los actuales son muy distintos pero igualmente ver a los niños de ahora jugar con los nuevos pin y pon nos trae recuerdos muy especiales. A mí me encantaban de pequeña. Pasé muchas horas jugando con ellos.

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